No estoy seguro de algunas cosas, pero de otras si, en éste caso, tengo plena certeza, que al nacer nos dejan sobre un escenario casi vacío, escenario llamado “Vida”

Al principio nos parece inmenso, observamos todo desde los brazos de nuestros padres, luego poco a poco y bajo la enseñanza de quienes nos rodean, aprendemos a gatear y comenzamos un viaje colmado de curiosidad, resultando increíble de la forma en la cual no tememos a nada y si no es por los mayores, terminaríamos cayendo del plató, sin embargo, ante el paso del tiempo y sabiendo caminar, convertidos en un poco mas adultos, tememos acercarnos hasta el proscenio, tal vez porque vamos comprendiendo que allí debemos empezar nuestra propia obra maestra y vamos emprendiendo nuestro camino individual, definiciones, actuaciones, palabras, opiniones y el saber forjar de la mejor manera posible nuestra obra.

El terror nos acecha ante las criticas del publico presente, y a la vez, ese pasado de cada uno de aquellos que nos acompaña, pasado, presente y futuro, entonces pensamos, si, reflexionamos ante las dudas ¿Debo ser el protagonista de mi propia existencia? O ¿Tengo que seguir el guión entregado por los demás? Es entonces que: Nos percatamos de algo sumamente importante, “Se nos llenan las manos de libretos escritos por los demás”

Y… No se los demás, pero al menos a mi me pasó lo siguiente, me di cuenta que debía ser yo, seguir mi rumbo y crear mi historia, tomando de cada libreto entregado, tan solo los consejos y doctrinas de cada quien, porque tan solo de esa forma podría concebir la mejor realización en el escenario de la vida… Simple y sencillamente escribir mi propio argumento.

Con virtudes y defectos, con sonrisas y lágrimas, con pro  y contra, pero ante todo con la frente en alto y la dignidad reflejada en el espejo de mi existencia.

Por eso es que: Cuando se trata de hablar de mi mismo, prefiero que cada uno de los que se encuentran del otro lado del proscenio sea quienes saquen sus propias conclusiones de ese famoso “Acerca de mi”

Para algunos soy bueno, para otros no lo soy y para mi, rotundamente soy yo.