Cuando digo...
- Rostro Enmascarado
- 11 oct 2014
- 2 Min. de lectura

Cuando digo… Que voy a hacerte el Amor de una manera perversa, no me refiero a la brutalidad de una palabra mal interpretada, sino a todo el caudal que fluye de una pasión reencontrada, donde los barrotes de aquella cama aguardan para ser testigos de un encuentro infernal… Cuando digo… Vas a sentirme entero, no me refiero a mi intimidad enervada, sino…, a la fragancia de una realidad soñada… Cuando digo… Voy a beber hasta la última gota de tu placer… No me refiero a que quedes a mi merced, sino…, a tus exigencias complacer… Cuando digo… Tu boca es mi perdición… No me refiero al sexo en toda su dimensión, sino…, a los besos dejados en mi pecho con ahínco y desesperación…. Cuando digo… Voy a marcarte la piel… No me refiero a la fuerza de mi boca, sino…, a calmar lo que me provocas… Cuando digo… Mi protuberancia te reclama… No me refiero a poseerte con rapidez, sino…, a que tus manos acaricien mi Jean para calmar mi embriaguez… Cuando digo… Deseo atar tus manos al respaldo de la cama… No me refiero a que seas mi esclava, sino…, a despertar tus más íntimas ansias. Cuando digo… Sentime en tu interior y permanecé quieta… No te estoy dando una orden, sino…, intentando crear el mas bello exorden… Cuando digo… Dame todo de vos… No me refiero a tu entrega, sino…, a la redención de los dos… Tus manos en mi pelo, mis manos en tu espalda y una locura desmedida entre mis arrebatos y tus hazañas… Tu mirada sosteniendo la mía, sonriendo y marcando la sintonía, de saberme imperfecto, impulsivo, hombre soberbio, inclemente y pendenciero, pero ante todo… De tu Alma el gaviero… Un cigarrillo, un copa de licor, la luna en el firmamento y en mi cama tu calor, una hoja suelta, una manumisión… Una nube, una escalera quemándose en la chimenea de nuestra habitación y el descaro…, de sanar las rotas alas de un Halcón… Rostro Enmascarado